TERRITORIO

El municipio de Fuentepinilla ocupa oficialmente una superficie de 52 kilómetros cuadrados (5.223 Hectáreas o 5.252 en otros registros) de los que el Instituto Geográfico Nacional calcula a Osona en 1914 una superficie de 1.685 Hectáreas, 43 Áreas y 75 metros cuadrados, es decir 16 kilómetros cuadrados. El término municipal de Osona tiene una forma aproximadamente rectangular con orientación NO-SE en su eje mayor. Limita con Fuentepinilla al sur y este, con La Seca al norte y con Fuentelárbol en el lado corto superior del rectángulo, no llegando a contactar con Matamala al interponerse una estrecha franja de La Seca. El pueblo se sitúa casi en el centro, quedando a su izquierda la mayor parte del terreno cultivable y en el extremo derecho una gran superficie forestal, con algunas zonas de cultivo en los valles y con áreas yermas en las cimas del terreno ondulado. Los cultivos ocupan dos terceras partes del total y el monte, de roble y repoblado en parte de pino, el tercio restante, con una zona de transición, de monte bajo y pastos, con tierras de labor entre chorreras. El río y la carretera cruzan el término por su centro.

Tiene una altitud de 955 m. en la iglesia, de 946 m. en el centro de la plaza y de 1.014 m. de altitud máxima en el monte. Las mojoneras se pueden consultar en la Documentación Geográfica Antigua del Instituto Geográfico Nacional, con actas y cuadernos de líneas límite de los años 1889 y 1913, refrendados en 1972 o modificados para dejar constancia de las fusiones de municipios producidas en 1970. También hay una altimetría del año 1929 y planimetría de 1914 con plano geométrico del término de Osona.

En 1849 se efectuó la renovación de la mojonera o deslinde de los términos de Fuentelárbol y Osona, indicándose la distancia en pasos entre los 16 mojones que la forman, comenzando por el punto de unión de ambos términos con el de Fuentepinilla y terminando en el situado en el arroyo de Carraosona hasta que éste entra en el río madre. En 1871 se ordenó a los Ayuntamientos señalar sus términos municipales por medio de hitos o mojones permanentes, preferiblemente de piedra, visibles entre sí, levantando acta de las operaciones.

Un Real Decreto de 1889 ordenaba a los Ayuntamientos proceder a la renovación de los hitos o mojones permanentes que determinan sus términos municipales, colocándolos de manera que desde cada uno se vean el anterior y el siguiente. Deslinde de Fuentelárbol con Osona en 1889. El mojón número 60 de Fuentelárbol describe el punto de contacto entre ambos y Fuentepinilla, al oeste del camino somero de Fuentelárbol a Osona. A partir de aquí y en dirección norte hasta el mojón número 71, separado unos 900 metros, va indicando la linde con las heredades que se encuentran a ambos lados. Este último mojón se sitúa en el cajero del sur del royo que titulado Carraosona procede de Fuentelárbol, al este taina de la iglesia de Osona y al oeste finca de herederos de Pedro Romero. Todos los mojones están situados en un cirato que demarca la línea divisoria y desde el último toma la dirección del este aguas abajo del royo citado hasta su desembocadura en el río que baja de Fuentelarbol en una longitud de unos 300 metros. La margen sur de este royo corresponde a Osona y la norte a Fuentelárbol, y en su desembocadura comienza el límite con La Seca. Deslinde de Osona con La Seca en 1889. Partiendo del mojón número 71 de Fuentelárbol, que se sitúa en la unión de los ríos Castro y San Vicente, atravesando el primero toma la dirección este hasta el número 115, que marca el punto de encuentro entre ambos pueblos y Fuentepinilla. Se menciona la distancia en metros entre mojones y los parajes donde se sitúan muchos de ellos: alto del Pilón, alto de la Cuchara, alto del Aguilón, la Regadera, Vegafría, camino de Osona a La Seca, alto de la Asomadilla, tras de Cuestagorda, Canto Blanco, Muela Quebrada, bajo el alto de la Tabladilla, alto de los Juncales (o Juncares), orilla del monte, en el Llano, entrando finalmente en el monte llamado Valdelacasa, taina de Ramón Lafuente y herreñales, camino de Centenera a La Seca, hasta dar vista al Ojo en el camino de Almazán, los Álamos, pasando por unas chorreras hasta llegar frente a la taina del Santero, que marca el límite con el terreno de Majada Rasa de Fuentepinilla. Deslinde de Fuentepinilla con Osona en 1889. Se menciona un acta de deslinde de 1871. No se describen los mojones entre ambos términos: parte del mojón número 78 de Fuentepinilla, que marca el punto de contacto con Fuentelárbol y Osona y con su numeración propia repite el recorrido ya visto hasta el  número 89 que marca el límite con La Seca, y desde allí al número 137 en el Santero.

Del deslinde entre Osona y Fuentepinilla disponemos del acta de 1913 y del plano geométrico. El primer mojón es el de los Blancos, común con Fuentelárbol, y el segundo se sitúa en la tinada de la Viuda, margen E. del camino de herradura de Osona a Fuentelárbol que marca la linde hasta el camino de Osona a Fuentepinilla, el Rodero, pasado el río Carraosona, tinada de la Riera, siguiendo hasta el sitio denominado Cerrocuende, ya en el monte, los barrancos de la Matona, acabando en el Santero, límite común con La Seca, donde se sitúa el séptimo y último mojón.

El acta de 1972 no anula la de 1913, se limita a ratificar todo lo mencionado, añadiendo la fusión de ayuntamientos. Deslinde de los términos municipales de Quintana Redonda y de Fuentepinilla, en su anejo Osona, en 1972. El acta es una copia literal de la de 1913, reflejando la fusión de municipios: Mojón primero en los Blancos y margen E. del camino de herradura a Fuentelárbol; especifica que desde ese punto se ve La Seca. Mojón segundo en la intersección del arroyo de Carraosona con la bajada a él, con un mojón auxiliar en el Pardal. Mojón tercero en la intersección con el arroyo de San Vicente, con un mojón auxiliar en su margen izquierda. Mojón quinto en el Carpio, al SE. del camino de herradura a La Ventosa. Mojón sexto en los Juncares y margen S. del camino a Tardelcuende y linde del monte. Mojón séptimo y último en el Santero.

Un ensayo sobre la delimitación de las comarcas geográficas sorianas (Gómez 1951:357-374) sitúa a Osona en la comarca agrícola que denomina “Tierra de Fuentepinilla”, en la que el río Andaluz ha labrado su curso arrastrando tierras fácilmente deleznables borrando su carácter forestal que mantienen las dos comarcas que la flanquean, una a Oriente y otra a Occidente, que en épocas pasadas formarían una sola y de mayor extensión. Toda esta zona mantiene características comunes y forman lo que llama “Pinares del Centro”.

Otros autores proponen una comarca de Berlanga de Duero, donde se incluiría Osona, lindante con la comarca de Almazán.

El terreno

En las Memorias de la Comisión del Mapa Geológico de España, (1890:385), hay una Descripción Física, Geológica y Agrológica de la Provincia de Soria, de Pedro Palacios, ingeniero jefe de minas, que sobre la comarca de Osona dice: “La zona inferior o de las arcillas de colores rojos y amarillentos, más o menos vivos, adquiere un considerable desarrollo en los términos de Osona, Cascajosa y Osonilla, donde representa una altura de más de 50 metros en las terreras y ribazos que encauzan por la vertiente izquierda al mencionado arroyo Andaluz; observándose a veces en ellas indicios de estratificación, determinada por fajas de diversa coherencia y distintamente cargadas de arena silícea”.

De las mismas Memorias, una Explicación del Mapa Geológico de España repite casi textualmente la cita anterior (Mallada 1895:3471).

El Instituto Geológico y Minero de España publica la localidad de Osona dentro de la hoja 378 de Quintana Redonda, con el mapa a escala 1:50.000 y la correspondiente memoria explicativa, de los que resumo la información relativa al pueblo (Valverde 1991:18,24,33).

Geomorfología

Es una zona de relieves poco acusados y pendientes suaves. Geológicamente los materiales son neógenos y cuaternarios, o de transición del terciario al cuaternario. Hidrológicamente forma parte de la cuenca del Duero a través de su afluente el río Fuentepinilla, y a su vez del río San Pedro y de los arroyos de sus márgenes, especialmente el barranco.

En el terreno se pueden distinguir las siguientes zonas:

La vega, formada por areniscas anaranjadas y ocres, de grano medio a muy grueso, y por arcillas rojas, muy plásticas y con alto contenido de arenas. También hay algunos carbonatos blanquecinos, a veces de poco espesor formando apenas una delgada costra. Es una llanura de inundación con limos, arenas y gravas dispersas, propia del Holoceno, en el Cuaternario.

El monte, con suelos de cantos silíceos y arenas. Del Mioceno, en el Terciario.

Las orillas del monte, una zona discontinua de conglomerados mixtos a base de arcillas, arenas, gravas y cantos angulosos (coluviones), y hasta un 40% a 60% de cantos calcáreos redondeados. Del Plioceno, en el Terciario. Depósitos en la base de los relieves, procedentes de materiales terciarios.

Los pequeños valles que confluyen en el cauce del barranco, con arenas, gravas y arcillas en los fondos de valle, también del Holoceno. Depósitos arrastrados por las lluvias en los pequeños arroyos y cauces, a veces mezclados con los aportes de desprendimiento de las laderas. Cantos cuarcíticos subangulosos con matiz arenoso-arcilloso.

El clima es de tipo mediterráneo templado, con temperaturas medias de 6º a 18º y posibilidad de heladas primaverales. Precipitación media anual de 560 mm y evaporación de 709 mm/año. El río Fuentepinilla discurre con dirección NE-SO y no tiene depósitos de terraza en sus márgenes; sin embargo, se desarrolla una importante llanura de inundación y otro tipo de depósitos como conos de deyección y coluviones.

No existen indicios de minerales metálicos ni no metálicos. Históricamente ha existido alguna explotación comercial, para el mercado local, de rocas aflorantes en Andaluz, Fuentelárbol y La Muela, pero no en Osona, donde sí ha habido extracción de materiales arenosos y gravas.

En 1923 la Dirección General de Contribuciones autoriza concesiones mineras, entre otras las minas “San Juan”, “Maud”, “San Ernesto” y “San Francisco”, de lignito, a don Antonio Bastos en término de Fuentepinilla. La mina “San Juan” la había solicitado ya en 1918 y estaba situada en torno al pueblo, sobre todo al sur y oeste, en el paraje denominado el Panderillo. La “San Ernesto” y la “Maud” estaban entre Fuentepinilla y Torreandaluz. En 1925 las cuatro se declararon caducadas por falta de pago del canon de superficie. (Boletín Oficial de la provincia de Soria).

Una información más amplia sobre la zona donde se ubica Osona nos la proporciona la Memoria presentada por Juan Antonio Rodríguez para optar al grado de Doctor, quien estudia una amplia zona que abarca de Cabrejas del Pinar y Soria a Barahona y de El Burgo de Osma y Berlanga de Duero a Gómara, teniendo a Osona en el centro del área, en lo que denomina Campiña de Fuentepinilla: “Esta campiña consiste en un relieve muy degradado, reducido a unas formas alomadas muy planas de valles e interfluvios, en el que casi no se han conservado restos de terrazas” (Rodríguez 2008:207). Se puede consultar en https://eprints.ucm.es/8136/1/T30512.pdf

Según este autor, la temperatura media marca una isoterma de 10ºC, con gran oscilación térmica anual superior a 20ºC, con bajas temperaturas sobre todo en el mes de enero, clima invernal durante 6-8 meses al año y temperaturas medias inferiores a 7ºC, muy frecuentes heladas y temperaturas mínimas inferiores a -2ºC; solo se puede hablar de un verdadero verano en julio y agosto, con temperaturas medias superiores a 20ºC, pero con fuertes oscilaciones térmicas y con frecuentes fríos por la elevada altitud media.

Las precipitaciones medias anuales están entre 450 y 750 mm., provocando condiciones semiáridas, con un mínimo en julio y agosto pero en forma de chaparrones violentos y escaso volumen total, y con predominio en primavera. El viento más característico es el denominado cierzo, del cuadrante NO.

La vegetación potencial es el robledal en enclaves silíceos y umbrías, con buen desarrollo de los estratos arbóreo y arbustivo, muy alterada por la puesta en cultivo y las repoblaciones forestales. Destaca el cultivo de cereales de secano, sobre todo trigo y cebada, más modernamente girasol, con algunas muestras de otros nuevos cultivos. La superficie de matorral, en las zonas más elevadas y menos aptas para el cultivo, una vez reducido el pastoreo tiende a desarrollarse en libertad, igual que el monte robledal, que pasa de un porte arbustivo debido a la acción antrópica a un porte francamente arbóreo al cesar el tradicional aprovechamiento de leñas, cobrando gran importancia su función ambiental, lo mismo que las zonas repobladas de pino, mostrandose actualmente en forma de arbolado mixto de roble y pino.

“El río Fuentepinilla presenta la singularidad de haber labrado un valle mucho más amplio que los anteriores (Mazos, Izana) con una campiña muy abierta en sustrato neógeno desde su nacimiento al pie de la sierra de Hinodejo hasta su desagüe al Duero en Andaluz”. Incluye una fotografía (Rodríguez 2008:208) de un afloramiento de terraza a +70 m. sobre el cauce actual, cerca de Osona. Describe terrazas dendríticas en ambos márgenes del valle, compuestas por depósitos de gravas y cantos de cuarcita, arenisca y cuarzo y hasta un 50% de niveles arenosos y un espesor de hasta 4 metros. En el tramo bajo -área plana- la llanura se ensancha, formada casi exclusivamente por detríticos finos con niveles de gravas, mientras que los fondos de valle, con pendientes relativamente altas, presentan los típicos depósitos aluvial-coluvial de arenas, limos, arcillas y cantos.

Al tratarse de un área eminentemente de cultivos y de topografía más bien plana, las tasas de erosión son bajas o moderadas, con valores más elevados en los escarpes de terraza y con valores ligeros o muy ligeros en las áreas arboladas.

La evolución histórica de los usos del territorio nos muestra un punto de partida de cultivos, explotación del monte y pastos para el ganado, que da paso a una primera transformación del entramado de la superficie mediante la concentración parcelaria, con la supresión de ciratos y arroyos, y al abandono de los terrenos dedicados anteriormente a pastos de ganadería extensiva. No es fácil especular con las repercusiones del cambio climático (temperaturas, sequías) en los usos agrícolas, pero ya estamos viendo cómo el matorral va colonizando los antiguos pastos, que donde había matorral disperso hay matorral denso y que el monte se vuelve cada vez más impenetrable, lo que favorece la proliferación de animales salvajes -corzo, jabalí- y disminuye los riesgos de erosión, a la vez que aumenta los de incendio forestal.

Distribución

La documentación del Archivo del pueblo nos permite conocer la idea que nuestros antepasados tenían de la distribución del terreno municipal, estimado en 5.155 fanegas o 5.147 según distintos documentos, destacando la extensión del monte, la de los baldíos y finalmente la dedicada a cultivos cerealistas. La producción en 1858, por ejemplo, se cifra en un total de trigo común recogido de 810 fanegas, centeno 520, cebada 308, avena 250, legumbres 30 fanegas y patatas 400 arrobas.

¿Cómo se calcula la riqueza?

Lo podemos ver mediante la cartilla de evaluación, que se utiliza en el distrito de Fuentepinilla en 1881, para calcular el producto y los gastos estimados por unidad y de este modo formar unos listados de tipos medios o precios estimados, que se aplican después para calcular la aportación fiscal de cada propietario.

Se considera que una Hectárea (Ha) de tierra de regadío de 1ª calidad dedicada a hortalizas y legumbres tiene un líquido imponible de 138,21 ptas. que es el resultado de restar al producto los gastos para su obtención. El producto se calcula estimando que puede producir 220 arrobas de patatas a 92 céntimos arroba “o sean 11,502 kilogramos” y 23 cargas de berza y otras hortalizas a 2 ptas. la carga, lo que daría un producto total de 248,40 ptas. En el gasto se incluyen 60 cargas de estiércol a 50 céntimos, 6 días a 4 ptas. de coste de las yuntas y jornales del gañán y otras 4 ptas. por desperfectos de aperos de labranza, el valor de las semillas, gastos de riego, etc. 110,19 ptas. en total. Para las tierras de 2ª y 3ª calidad cantidades similares pero inferiores, con un líquido imponible de 115,17 y 91,82 ptas. respectivamente. La Ha. de tierra de regadío dedicada a dehesa de pastos tendría un producto de 37,5 ptas. calculado sobre la base de 19 cargas de yerba a 1,95 ptas. la carga y unos gastos de 14 ptas. por riego de primavera y estío.

El mismo procedimiento para calcular el líquido imponible en la tierra de sembradura de secano, cuyo producto se obtiene a partir de la estimación de los hectolitros de trigo cosechados según la calidad del terreno y del precio medio de cada hectolitro de trigo, más 4 ptas. de la paja a 0,50 ptas. la arroba y 1 pta. de rastrojera, y cuyos gastos son la simiente, coste de yunta y jornales del gañán, 50 cargas de estiércol, desperfecto de aperos, escarda 6 ptas., siega 9 y trilla 6. El líquido imponible es de 92,50 ptas. en la Ha. de 1ª calidad, 46,19 en las de 2ª y 27,86 en las de 3ª, que a su vez se divide por la mitad cada año, por utilizarse el sistema de cultivo de año y vez, en que la mitad de las tierras quedan en barbecho. La Ha. dedicada a prado de secano tiene un líquido imponible, en las tres calidades, de 16, 11 y 9,40 ptas. respectivamente, calculado sobre las arrobas de yerba producidas y los gastos “por estiércol o rodeo, por la siega inclusa la manutención, por recoger la yerba, acarrearla y empellar”.

La Ha. de tierra de secano dedicada a cáñamo tiene un producto de 180, 150 y 130 ptas. en las tres calidades por las arrobas que en ellas se obtienen a 10 ptas. arroba y 106, 95 y 85,50 ptas. de gastos de simiente, labores, estiércol, transporte y limpieza, con lo que se obtiene el líquido imponible de 74, 55 y 44,50 ptas. según calidad del terreno. La Hectárea dedicada a legumbres se calcula sobre la producción de 184 arrobas de patatas en las de 1ª calidad y de 95 en las de 2ª a 92 céntimos arroba y gastos de simiente y labores, que da un líquido de 61,33 y 30,24 ptas.

El monte se valora en 3 ptas. por Ha. por el aprovechamiento de leñas, menos 1 pta. por el salario del guarda da un líquido de 2 ptas. por Ha. El terreno baldío se estima una peseta por Ha. por el aprovechamiento de pastos, sin gastos. Las eras 22,50 ptas. por Ha. sin gastos.

Una nota circunstanciada que forma el Sr. Alcalde Pedáneo en 1882 en cumplimiento de lo prevenido por el Jefe del Instituto Geográfico y Estadístico de la provincia, después de señalar que en la localidad las medidas superficiales agrarias que se usan son la fanega de primera calidad, que se compone de 2.600 varas castellanas, la de segunda, de 3.600, y la de tercera de 5.000 varas, y que “en este pueblo no se conoce ni se usa la medida por estadal”, pasa a relacionar las fanegas que se emplean en la formación de amillaramientos:

– Regadío. A hortalizas y legumbres: 13,10 fanegas

– A cereales y otras semillas. Secano 1ª calidad: 1.221. Secano 2ª calidad: 614. Secano 3ª calidad: 964,01

– A prados: (en blanco)

– A dehesa: 120

– A monte robledal: 1.855

– A eras de pan trillar: (en blanco)

– Tierras yermas improductibles: 1.000

– Valdíos en aprovechamiento común: (en blanco)

– Inútil de toda producción de terrenos entrepanados inaccesibles arenosos: 300

– Casco de la población: 8

– Caminos, cañadas y pasos de ganados: 40

– Ríos, arroyos y sangraderos: 12

Total fanegas: 5.147,11

Un documento sin fecha “Distribución de superficie y riqueza fiscal” nos permite conocer la denominación y el valor del terreno cultivable, así como su fragmentación anterior a la concentración parcelaria de 1969. Lo mejor valorado son los huertos, a 174 ptas. Ha., seguidos por el Huerto Yuste a 148 ptas.; las eras a 93; el Torrejón (Torojón) a 64; el Pedujal y las Plantillas a 43; la Torraza, la Arroyada, la Plantilla, el Chopo, la Tembladera, el Valle y el Ojo a 29; la Tejera, la Buitrera, Madamelgo, la Patuca, la Huerta, los Sacejos, Jenilladera, los LLanos y Cerrocuende a 10 ptas. Ha. Otro documento del año 1876 nos proporciona una relación del número de fanegas de labor por vecino, tanto de los residentes en el pueblo como de los forasteros que tienen tierras en el término, especificando si son de 1ª, 2ª o 3ª calidad. El total de tierras de cultivo es de 1.937 fanegas 10 celemines: 272 fanegas 9 celemines de 1ª calidad, 928 y 6 celemines de 2ª y 736 y 7 celemines de 3ª. Estas cifras son diferentes en otros documentos: en 1854 se declara que las tierras dedicadas al cultivo de trigo, cebada y otras semillas comprenden 379 fanegas de 1ª calidad, 442 de 2ª y 1.200 de 3ª.

El riego

La escasa superficie de terreno dedicada a regadío se concentraba en la zona de los huertos. Disponemos de un convenio, sin fecha pero de los primeros años del siglo XX, en que se regulan las horas que cada vecino puede regar con el agua de la fuente, algunos se repiten por lo que deben tener dos o más huertos y se supone que las horas disponibles estarán en proporción con el tamaño de los mismos: José Lafuente 8 horas, Petra Bravo, Pedro Martínez, Juan Lafuente y Pedro Martínez 6, María Romero, Estanislao Romero, Felipe Hernández y Eustasio Gutiérrez 5, Agustín Pacheco, Faustino Antón y Lucio Pacheco 4, Agustín Lafuente, Francisco Ransanz, Gumersindo Ortega y Agapito Lafuente en colonia 3, José Lafuente en colonia, Santiago Manrique, Eugenio Cabrerizo, Toribio Bravo, Tomás Lafuente, Mariano Lafuente, Ramón Pacheco y Aniceto Pacheco en colonia 2, Antonio Ortega en colonia y Bernabé Lafuente en colonia 1 hora. En colonia quiere decir que no es propietario del terreno. 

En el mismo convenio se regulan las horas de riego con el agua de los barrancos. Con las “aguas de arriba” pueden regar 8 horas Ruperto Martínez, Agapito Lafuente, Mariano Lafuente, Ramón Pacheco, Modesto Lafuente y Santos Martínez, 6 horas Francisco Pacheco, Toribio Bravo y Felipe Lafuente, 4 horas Lucio Pacheco, Eustasio Gutiérrez, Felipe Hernández y Andrés Alejandre y 3 horas Juan Lafuente. 

Hay un último listado que no indica de dónde procede el agua utilizada, quizá del barranco de abajo, adjudicando 15 horas a Gregorio Vinuesa, 14 a Gumersindo Ortega, 10 a José Lafuente y Agapito Lafuente, 9 a Lucio Pacheco y Cosme García, 8 a Bernabé Lafuente, Justo Mateo, Anastasio Manrique y Cosme García, 6 a Antonio Ortega, Silvestre Cabrerizo, Aniceto Pacheco, Hipólito Calvo, Francisco Ransanz, Eugenio Cabrerizo, Ramón Pacheco, Mariano Lafuente, Tomás Lafuente, Toribio Bravo, Ceferino Lafuente, Andrea Calvo y Eustasio Gutiérrez en colonia, 5 a Julián Vinuesa, Dionisio Lafuente, Bernabé Lafuente, Toribio Bravo y Antonio Ortega, 4 a Juan Lafuente, Silvestre Cabrerizo, Juan Moreno, Aniceto Pacheco, Fermín Cercadillo y Eugenio Cabrerizo, 3 a Eugenio Cabrerizo y 2 a Francisco Ransanz, María Rodrigo, Aniceto Pacheco, Agapito García y Toribio Bravo.

Del año 1890 disponemos de dos sorteos para establecer el orden en el riego. El primero es un listado de 18 vecinos, estando en blanco la cabida de sus huertos, ordenados según sorteo para el aprovechamiento de las aguas que conducen por el camino de la ermita titulado las Adoberas, a razón de una hora por celemín, excepto en caso de plantación de veza que será preferente, y se comprometen a la reparación de las presas. El segundo es un listado de 19 vecinos y la cabida en celemines de sus huertos, en el orden obtenido por sorteo para el aprovechamiento de las aguas que conducen por el camino de Almazán y barranco de las eras, con las mismas condiciones que el anterior, aunque una nota final indica que en lugar de una hora por celemín acuerdan que sea un día por huerto. 

Por encima del camino de la ermita había en los años 60 una presa para el lavado de ropa y otra para el riego de huertos, desviándose el agua por la margen izquierda del barranco para cruzar más abajo el cauce mediante un tubo metálico hasta el huerto de Lorenzo Moreno, a la derecha aguas abajo.

Otros huertos se regaban mediante pozos, a base de brazos, soga y calderos.

Bibliografía

Archivo del pueblo de Osona

Boletín Oficial de la provincia de Soria

Instituto Geográfico Nacional. Documentación geográfica.

Memorias de la Comisión del Mapa Geológico de España

GÓMEZ CHICO, Antonio (1951): Las comarcas geográficas sorianas (ensayo sobre su delimitación). Celtiberia nº 2. Soria.

MALLADA, Lucas (1895): Memorias de la Comisión del mapa geológico de España. Explicación del mapa geológico de España. Madrid.

RODRÍGUEZ GARCÍA, Juan Antonio (2008): Geomorfología de un sector de la cuenca de Almazán (Soria): Procesos de erosión de suelos y planteamiento de escenarios ante el cambio climático. Memoria para optar el grado de Doctor. UCM. Madrid.

VALVERDE HERNÁNDEZ, M. (1991): Mapa Geológico de España Escala 1:50.000 Quintana Redonda. (Nº 378) . Instituto Tecnológico GeoMinero de España. Madrid.

Carmelo Lafuente Hernández. 2021.

Anexo

PARAJES de Osona mencionados en la documentación del Archivo del pueblo: los Abornos, las Adoberas, el Aguilón, los Álamos, el Alto de la Iglesia, el alto Pelón, el alto o el altillo Redondo, el Arenal, el Arreñal, la Arroyada (Royada, senda de id.), la Asomadilla (Somadilla), el Baldón, el Barranco, el Barranco de los Cascajosos, los Barrancones, los Blancos, la Buitrera (Guitrera), el Burzón de Ambas Aguas, el Burzón de Matamoros, la Cabaña, Cabeza la Arena, Cabeza Sierra, las Cabezuelas, los Caces, el Cazecillo, las Callejas, el Callejón, las Callejuelas, Camino Ancho, Camino de Cascajosa, de Centenera, de Fuentelárbol, de Fuentepinilla, de La Seca, de La Torre, de La Ventosa, de Matamala, de Osona, de Valderrueda, del Molino, del Monte, Camino (o senda) las Callejuelas, Camino Viejo, el Campillo, el Canalizo, Canto Blanco, el Carpio, Carra Osona, Carrahosona, la Carrera, Carrera de la Virgen, de la Ermita, el Cascajar, los Cascajares, los Cauces, el Cedazal, el Centenal, el Cerrillo de la Mora, los Cerrillos, Cerrillos del Colmenar, Cerro Carrasca, Cerro de la Cartuja, de Matabueyes, Cerro Molino, Cerro Surquía, Cerrocuende, el Charcón, el Chopo, el Chorrerón, el Chorrón, los Ciratos, la Colada, el Colmenar, la Corraliza, Cortagorda, Cuestagorda, la Cruz, la Cuchara, las Endrinas, los Endrinos, Escucha, el Espejo, el Espino, Espino Salcedo, la Estacada de Piedra, el Fielato de la Torrecilla, la Fuente del Herrero, del Sapillo, del Bartolo, Fuente Honda, las Fuentecillas (Arroyo de id.), el Garbanzal, la Goterona, los Horcajos (Orcajo), las Huelgas (Guelgas), la Huerta, el Huerto del Música, el Huerto Yuste, los Jarreros o Jarreños, Jenilladera, los Juncares, la Juvera, la Ladera, las Laderas, el Ladrón, Id. del Molino, la Lámpara, los Llanos, Madamelgo, los Majuelos, Matamoros, la Matona, la Melena, Mengualvaro, Mingo-Alvaro, la Morena, la Muela Quebrada, la Nevera, el Ojo, el Pájaro, el Pardal, la Parra, el Parral, la Patuca (Pataca), los Pedazos, el Pedazo o la Suerte de la Dehesa, el Pedujal, las Peñuelas, el Pilón, la Planta, Plantilla (s), los Plantíos, el Portillo, las Pozas, el Pozo del Molino, Pradera Blanco, Pradera de Franco, los Praderones, Praherones, el Pradillo, el Prado (s), las Presas, Propio García (Valdón García), las Puentes, las Quebradillas, los Quemados, las Querencias (Arroyo de Id. ), el Quintanar, los Recuencos, la Redonda, la Regadera, Id. de la Dehesa, el Río Castro, el Río Partido, el Roble (Robre), el Rodero, Roman, la Royada, el Rubio, Sacejo (s), Salcedo, el Salegar, las Salegas (Alegas), la Salida, San Sebastián, San Vicente, el Santero, los Sauces, el Saz (Sauce) de la Molinera, la Senda de Concejo, de las Zorreras, de los Majuelos, de Osona, del Chopo, del Roble, del Sapillo, las Suertes, la Tabladilla, la Taina de la Pataca, de los Alemanes, del Fraile, del tío Ramón, Taina la Riera, el Tapial, la Tejera, la Tembladera, las Tenerías (Tiñerías), el Tizonar, el Tonto, el Toro, la Torraza, la Torrecilla, el Torrejón (Torojón), el Urzón, la Vadera de la Cucaña, Valbenderoso, Valdeamelgo, Valdebenito, Valdelacasa, Valderezoso, Valderrodrigo, los Valdíos, Valladares, el Valle, Vallejomartín, la Vega, Vegafría, los Veleños, Viña Ventura, las Viñas, la Yubera, la Zarza, las Zorreras, Zorrocuende.

Deja un comentario

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar